Las aplicaciones modernas se componen de dos partes: backend y frontend. El backend es el cerebro de la operación y maneja operaciones como la autenticación, la autorización, el acceso a la base de datos, etc., mientras que el cliente frontend es con lo que interactúan los usuarios. El frontend realiza llamadas API al backend, mientras que el backend procesa esas llamadas, recopila los datos y envía una respuesta al frontend.